Él me llena. Sus ideas me apasionan. Su forma de expresar me invade. Me hace sentir. Da igual mi estado de ánimo, él siempre está ahí. A veces con historias tristes, a veces con historias felices; otras veces, historias duras; pero siempre sus historias.
Sentir debilidad por alguien no es algo raro. Sientes debilidad por algún familiar, por algún amigo, por algún libro, alguna estación del año o incluso por algún animal o árbol. Todo esto es totalmente comprensible. Lo raro, y a veces incomprensible, es sentir debilidad por alguien a quien no conoces, y posiblemente jamás conocerás.
Y yo pienso, cuán difícil es llegar al alma de una persona desde lejos. Desde la distancia y sin tener conocimiento de su existencia. Esa persona que te hace vibrar sin conocerte y sin saber cómo eres. Lo hace a través de una sensibilidad envidiable, maravillosa y única en el mundo, que llega a tu corazón poniendo tus cinco sentidos en alerta; para mí, ese es el auténtico artista.
Sólo deseo que podáis, alguna vez en la vida, sentirlo. Es una sensación que te invade. Es un sentimiento puro y limpio. Cuando alguien logra ponerte la carne de gallina simplemente con el sonido de un acorde, el trazo de un pincel o con tan solo un movimiento, estás ante un artista.
Como dicen en Andalucía, tienen duende. Tienen algo que los hace especiales.Y ese duende es el que te produce todas esas sensaciones: felicidad, amor, odio, alegría, rabia, impotencia, tristeza, melancolía, calma, nostalgia, añoranza, ilusión, y un largo etcétera.
Conseguir llegar a lo más profundo de una persona es todo un reto. En el momento en el que una persona lo logra, una vez tras otra, es increíble. Llenarte con cada trabajo que realiza, con cada acorde, movimiento o trazo es magnífico e intenso. Es algo único e irrepetible.
Los que me conocen ya saben quién es mi Genio y mi Maestro, mi duende particular. Me es indiferente que parezca gracioso, exgagerado o una chorrada.Y os aseguro que digan lo que digan para mí siempre será él.
Te preguntas: ¿cómo se puede hacer esto?, ¿cómo consigue hacerme sentir de ese modo? Simplemente, son genios, y los genios tienen duende.
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