
Ambos equipos de gobierno se han estrechado la mano y han unido sus fuerzas por un país sumido en el desastre. Han procedido correctamente (todo es cuestión de gustos y de críticas), obviando las diferencias que los separan. Es un buen síntoma que dos partidos opuestos y con políticas enfrentadas hayan llegado a un entendimiento para ayudar a su gente. Parece que esta vez sí los mandatarios han actuado cómo deben de hacerlo, qué lástima que sólo lo hagan cuando se produce una tragedia.